Como siempre el deseo humano de querer mejorar algo de nuestros hábitos, de nuestras costumbres o de nuestra personalidad está ahí, y aunque parezca que sólo es un deseo o propósito, el solo hecho de pensarlo ya libera una serie de mecanismos en nuestro cerebro que tienen un efecto muy positivo. Aquel deseo o propósito a veces queda rezagado, queda medio olvidado por culpa de nuestras prisas, del ritmo de vida y la rutina diaria, que hacen parecernos más a un ratón enjaulado que a un ser humano con capacidad de razonamiento. Pero seguro que habrá algún momento del año, que fruto de la casualidad o no, en el que podremos poner en marcha ese propósito y, sin quererlo o medio inconscientes, empezará en nosotros mismos una pequeña revolución, la revolución de la fuerza de la voluntad, del amor y de la esperanza que no solo nos hace creer en los demás , sino también en nosotros mismos.
¡¡¡Cree en ti misma !!!
Feliz año 2016