Antes de sumergirse en la decisión de modificar o corregir algún aspecto de nuestro cuerpo, es esencial recordar la importancia de amarnos a nosotr@s mism@s. Cuando una persona visita mi consulta, lo primero que busco es entrever su grado de malestar y comprender la motivación detrás de su deseo de cambio. Los motivos pueden variar enormemente: desde una nariz desviada hasta unos senos que han cambiado después de la maternidad, o una cicatriz que rememora un terrible accidente cada vez que se refleja en el espejo.
Con frecuencia, durante estas conversaciones, puedo percibir que la autoestima de muchos de mis pacientes es frágil. A veces, estas inseguridades vienen de experiencias pasadas y, en otras ocasiones, están directamente relacionadas con ese detalle físico que se ha transformado en una preocupación diaria. En esos momentos, mi principal objetivo es establecer una comunicación abierta y honesta con el / la paciente, analizar detenidamente su situación y buscar una solución consensuada.
Algo que siempre intento transmitir es que el primer paso hacia cualquier transformación es el amor propio, nos tenemos que querer a nosotr@s mism@s. Todo lo que hemos vivido, desde nuestro nacimiento hasta el día de hoy, ha ocurrido por alguna razón. Las adversidades, traumas y temores que acarreamos con frecuencia nublan nuestra capacidad para apreciar la esencia de la vida, lo que más importa: encontrar la felicidad con lo que somos y con lo que tenemos.
Amarnos a nosotro@ mism@s implica un trabajo constante y un compromiso diario. Primero, es fundamental cuidar de un@ mism@. Esto significa nutrir el cuerpo con una alimentación equilibrada, disfrutar de la naturaleza y el aire libre, mantenerse activ@ o, simplemente, permitir que nuestro cuerpo experimente el movimiento y el ritmo.
Escuchar nuestras propias necesidades y deseos también es esencial. Esto implica dedicar tiempo a aquello que nos apasiona y disfrutar de cada segundo de nuestra vida. Sin embargo, escucharse a un@ mism@ también significa aprender a decir «no», cuando anteriormente habríamos dicho «sí». Es entender que todos somos seres excepcionales con la capacidad de vivir una vida plena.
Por último, enfrentar la vida con una actitud positiva es clave. Aunque no siempre es sencillo, es esencial esforzarse por enfocarse en los aspectos positivos y recordar que, después de pasar por un bache, siempre hay un camino por delante que recorrer.
Aceptar quienes somos es vital. Sin embargo, si consideras que un cambio estético te permitirá sentirte mejor contigo mism@ y fortalecer tu autoestima, no hay nada de malo en seguir ese camino. Si ese cambio te lleva a quererte y apreciarte un poco más, adelante, ¡y atrévete a ser tu mejor versión!
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