La autoconfianza es como un edificio que se erige a lo largo de nuestras vidas. Es un proceso fluido y en constante cambio, y aunque algunas personas pueden nacer con una firme confianza en sí mismas, la mayoría de nosotros necesitamos cultivarla para lograr sentirnos a gusto con nuestro propio cuerpo y aceptarnos tal como somos.
Esta realidad no es diferente para las pacientes con Lipedema y, a pesar de los desafíos que presenta esta enfermedad, podemos alcanzar una sólida autoestima trabajando en ello y enfocándonos en la autocompasión (sin querer decir con “autocompasión” el sentir lástima por una misma, si no ver el término desde un enfoque de psicología positiva refiriéndonos a un concepto más saludable, en el que una persona puede mostrar empatía hacia sí misma, reconociendo y aceptando sus propias dificultades y fracasos sin caer en la autocrítica “destructiva”).
La ciencia ha descubierto el gen AKR1C1 como un factor implicado en el Lipedema, y es probable que futuras investigaciones desvelen más genes relacionados. Pero si retrocediéramos en el tiempo, con el conocimiento actual sobre nutrición, ejercicio, autocuidado, drenajes y compresión, ¿actuarías de forma diferente ante el Lipedema? Y si tu hija o sobrina tuviera Lipedema, ¿qué le aconsejarías? Seguramente le instarías a cuidarse, a alimentarse correctamente con una dieta antiinflamatoria basada en un entendimiento profundo de la nutrición, y probablemente también le sugerirías que realizara ejercicio regularmente. Así que, lo que aconsejarías a los demás por el mero hecho de que les quieres, debes recordarlo a ti misma… ¡porque también te quieres!
La autocompasión no debe convertirse en victimización. En lugar de eso, deberíamos ver el Lipedema como un desafío que nos permite mejorar, sanar y prevenir. La ayuda puede venir de diversas fuentes: padres, nutricionistas, especialistas médicos en Lipedema, entrenadores, psicólogos y buenos amigos pueden asistirte en la aceptación y prevención para evitar el desarrollo de niveles graves de la enfermedad. Tener Lipedema no significa una “sentencia negativa” y es primordial la aceptación, seguida del amor propio y la lucha por una vida mejor.
Como decía mi abuela… si la vida te da limones, ¡haz limonada! 💪🏻
En la Unidad de Lipedema Barcelona – Instituto Dra. Ana Torres nos comprometemos a proporcionar el apoyo necesario para ayudar a las pacientes con Lipedema a sentirse mejor. A través de un enfoque integral y personalizado, trabajamos para reforzar la autoconfianza, alejar la autocompasión y empoderar a cada paciente con el objetivo de superar los desafíos que plantea el Lipedema.
¡Juntos podemos hacer frente a esta enfermedad!
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Artículo escrito por la Dra. Ana Torres Maczassek
