El Lipedema es una enfermedad crónica y dolorosa que cursa con depósitos anormales y simétricos de grasa principalmente en las extremidades inferiores y que además de provocar un evidente problema de volumen, peso y cambio estético de las extremidades, puede conllevar serias complicaciones de la marcha.
Los citados depósitos de grasa patológica pueden llegar a causar, a la larga, cambios posturales y deformidad articular, destacando especialmente la deformidad en valgo de las rodillas (piernas en “X”), dolor en las caderas y limitación de movimientos o pies planos. Además, las pacientes suelen presentar hiperlaxitud, hematomas y dolor espontáneo en las piernas pudiendo incluso, con el progreso de la enfermedad, presentarse artritis en un porcentaje elevado de casos (la Dra. K. Herbst constató en2012cambios debidos al exceso de líquido en los tejidos que debilitaban las estructuras cercanas alas articulaciones y causaban dolor).
La práctica de ejercicio es esencial en las pacientes con Lipedema ya que, aunque la dieta y el ejercicio no disminuyen el volumen de las piernas ni eliminan la grasa lipedematosa, mejoran el sobrepeso acompañante y limitan los síntomas.
La finalidad del ejercicio no es tanto la quema de calorías para la pérdida de peso (cosa que en muchos casos incluso complica el tratamiento y estado de salud general de la paciente) como el incremento de la fuerza muscular, la mejora del flujo linfático, el aumento de la capacidad pulmonar y el nivel de actividad física, además de la inclusión social o el aumento de la autoestima de la paciente, factores todos ellos que mejoran los síntomas de la enfermedad de Lipedema a diferentes niveles y limitan la evolución más drástica de la misma.
Especialmente en pacientes que todavía no se han podido someter al tratamiento quirúrgico para el Lipedema (Liposucción WAL) que elimina la grasa patológica, el ejercicio debe ser realizado con ropa compresiva de tejido plano y acompañado de sesiones de drenaje linfático.
Esta época del año (Otoño e Invierno) es la mejor para practicar algunos delos ejercicios mas convenientes y cómodos para pacientes con Lipedema.
En todo caso, debemos tener en cuenta que el ejercicio intenso o excesivo provoca la acumulación de ácido láctico en los músculos (agujetas), algo que lleva a estados inflamatorios. En lugar de eso, es mejor concentrarse y mejorar las actividades diarias como caminar largas distancias, levantarse varias veces dela silla, mover pies, tobillos y gemelos…
Es muy importante que cada paciente de Lipedema encuentre el tipo de ejercicio que no solo le guste sino que sea realmente practicable en su entorno con regularidad, ya que si no, esta rutina no será sostenible en el tiempo.
Silo permite el presupuesto, es muy aconsejable contactar con un entrenador personal y adecuar los ejercicios a cada cual deforma individualizada, al menos hasta aprender a conocer los límites y necesidades personales.
Recomendamos ejercicios suaves y mantenidos que no sobrecarguen las articulaciones y que no sometan el cuerpo a niveles de hipoxia tisular que podrían empeorar los síntomas a largo plazo.
¿Qué tipo de ejercicio es recomendable para pacientes con Lipedema?
Marcha y marcha nórdica: Caminar de manera natural con un par de bastones que ayudan a apoyarse y dar impulso al movimiento es un deporte practicable todo el año, pero mucho más agradable en otoño e invierno. Sólo debemos asegurarnos de llevar un calzado apropiado que proteja bien el pie, especialmente en caso de pies planos.
- La bicicleta, ya sea estática o en exteriores, es siempre un buen ejercicio de bajo impacto articular. Se recomiendan los paseos largos en superficies llanas y no muy duras. En general, potenciar la musculatura de las piernas/gemelos mejora el drenaje linfático desde los tobillos. Esto puede reducir la inflamación y el edema de las extremidades.
- Las máquinas de elíptica son también una buena solución de ejercicio con bajo impacto articular, así como los ejercicios con cintas elásticas.
- El aquagym o cualquier ejercicio en agua, incluso el submarinismo, aunque no sea propiamente natación, mejorarán el drenaje linfático debido a la presión externa del agua sobre el tejido.
- Rebounding: Esta disciplina sobre cama elástica consiste en dar saltos de bajo impacto combinando diferentes coreografías con las que se mejora el drenaje linfático. De modo parecido, las máquinas vibratorias ejercen un efecto drenante.
- Yoga y Pilates son buenas prácticas siempre que se protejan las rodillas de la hiperextensión y se mantenga un nivel de respiración optimo. También el Tai Chi, siempre que se evite doblar demasiado las rodillas.
Debemos recordar la necesidad de mantener una buena hidratación, una buena alimentación y, en todo caso, aportar suplementos como el Selenio para adaptarse al ejercicio y evitar la inflamación tisular.
La incorporación de estas prácticas a la rutina diaria ayudan a mejorar los síntomas físicos de la enfermedad de Lipedema y frena su evolución, pero a nivel psicológico la liberación de endorfinas también estimula y anima al autocontrol.
Podéis encontrar más contenido fiable y de calidad sobre ejercicio y Lipedema en la Web de la terapeuta y entrenadora Kathleen Lisson, especializada en Lipedema.
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