Suplementos nutricionales contra el lipedema

No es infrecuente que las pacientes que padecen lipedema lleven años probando dietas, suplementos, productos naturales (o no tanto) y dispositivos que prometen reducir el volumen de sus extremidades, mejorar su sobrepeso o el aspecto de su piel, siendo en el mejor de los casos los resultados pobres o pasajeros.

La explicación a esos fracasos es sencilla: El lipedema es una enfermedad crónica e inflamatoria del tejido graso, no se trata de un estado transitorio o dependiente de dietas ni ejercicio (de hecho hasta hoy en día la única forma efectiva de limitar la afección es mediante la liposucción asistida por chorro de agua – WAL).

Sin embargo, conocer la enfermedad más a fondo nos permite influir de alguna forma en esta patología para tratar de mantener los síntomas a raya: Primero, sin ninguna duda está el uso de la ropa compresiva.  Además, la terapia descongestiva manual (DLM) consigue, mediante estimulación del drenaje linfático, descargar las extremidades del acúmulo de líquido estancado y mejorar los síntomas.

Lamentablemente, cualquier ayuda es poca para controlar esta enfermedad rara del tejido graso que afecta a casi un 20% de la población femenina e influye negativamente en su calidad de vida desde su aparición, por lo general, en la adolescencia y evolucionando irremediablemente.

Sin embargo, hay varias cosas que podemos hacer para apoyar la efectividad de las terapias descongestivas. Como en cualquier enfermedad crónica hay gestos y hábitos que deberíamos introducir para evitar descompensaciones y exacerbaciones que, sin más, pueden ocurrir en momentos de desequilibrio hormonal.

Dado que la patología del lipedema es inflamatoria deberemos centrarnos  en combatir ésta de forma estable, duradera y natural con una alimentación equilibrada (por ejemplo una dieta RAD – dieta para enfermedades del tejido adiposo) y ejercicios que estimulen el buen drenaje linfático (Aquagym, Yoga o Nordic Walking) pero efectivamente podemos darle un “empujoncito” con ciertos suplementos nutricionales.

Existen sustancias antiinflamatorias que no forman parte de nuestra dieta occidental habitual, otras que sólo usamos como condimento por su fuerte sabor y algunas, presentes en frutas y verduras, de las que no tomamos  suficiente cantidad y pueden ayudar en este caso.

Como hemos comentado en artículos anteriores algunos suplementos antiinflamatorios pueden tener interacciones con medicamentos y por ello se recomienda siempre consultarlos con el médico de cabecera antes de tomarlos, a pesar de que se vendan sin receta en tiendas especializadas o incluso supermercados.

Éstos son algunos de los suplementos que puedes añadir a tu dieta habitual si padeces lipedema:

Cúrcuma: El polvo de cúrcuma contiene, además de múltiples vitaminas del grupo B y alto porcentaje de minerales como el magnesio, potasio, cobre y zinc, hasta un 10% de curcumina; una potente molécula que combate el estrés oxidativo y la inflamación y que le da el pigmento amarillo a esta raíz.

Bromelina: Facilita la digestión de las proteínas  y disminuye el apetito. Además, mejora la circulación inhibiendo la formación de coágulos en los vasos sanguíneos. La enzima presente en la piña combate las prostaglandinas inflamatorias en tejidos blandos y musculares.

Magnesio: Presente en los anacardos, pistachos, chocolate amargo, semillas lino o calabaza, pan integral o higos secos, es uno de los 4 minerales más abundantes en nuestro cuerpo. Su déficit se asocia a enfermedades crónicas, resistencia a la insulina y migrañas, pues interviene en numerosas reacciones bioquímicas y su falta, obviamente dificulta el metabolismo.  Así, por ejemplo, se necesitan cantidades más altas de magnesio cuando se practica ejercicio, porque éste ayuda a eliminar el acido láctico de los músculos.

Selenio: Este oligoelemento es necesario para la formación de proteínas antioxidantes que combaten el estrés oxidativo y es necesario para el buen funcionamiento de la glándula tiroidea. Es un oligoelemento que se encuentra principalmente en mariscos, huevos, nueces de Brasil, cereales integrales y piñones. Se necesitan cantidades muy bajas de este mineral y el consumo en dosis altas puede tener serios efectos secundarios, así que en este caso, observad las cantidades diarias recomendadas.

Omega3: Los ácidos grasos omega 3 (presentes en pescados azules, nueces, lino y chía) deberían tener una proporción de 5:1 con los omega 6 (presentes en aceites de soja, maíz, girasol o cacahuete) para compensar los efectos inflamatorios de éstos últimos. Los omega3 activan unos receptores presentes en los macrófagos del tejido graso evitando que se liberen sustancias inflamatorias en el medio.

Nuestra dieta occidental tiene una proporción generalmente invertida de estos ácidos grasos, por lo que la inflamación crónica es relativamente frecuente. Si además le sumamos un exceso de tejido graso como en el caso del lipedema, la proporción de macrófagos proinflamatorios se multiplica. Solamente con suplementos de omega3 conseguiremos invertir esta proporción tan dañina resultante del estrés oxidativo.

Probióticos: Son bacterias y levaduras beneficiosas que mantienen la flora intestinal equilibradamente sana y estimulan el sistema inmune al reforzar la barrera intestinal. Además algunas cepas de lactobacilus y bífidus ayudan a disminuir las citoquinas proinflamatorias en el intestino.

Flavonoides: Los flavonoides protegen del daño de los oxidantes (radicales libres), como los rayos UV, la polución ambiental, colorantes y conservantes. Los flavonoides mejoran los síntomas de artritis, aumentan la actividad de la vitamina C y combaten la inflamación. Especialmente la hesperidina por sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas y los taninos, que tienen propiedades astringentes, vasoconstrictoras y antiinflamatorias. Estos compuestos están presentes en frutas variadas,  verduras de hoja verde… ¡Y también en el cacao! J

Rusco: Denominado en inglés “butcher´s broom“, alivia los síntomas de la mala circulación venosa y capilar gracias principalmente a la rutina. Combate la sensación de piernas pesadas, sensación de calor e hinchazón. No se debe tomar durante el embarazo y lactancia, así como tampoco en menores de 12 años, por lo que es necesario consultar a un médico antes del consumo de este concentrado.

Papaya fermentada: Previene la oxidación celular y los radicales libres. Además, esta sustancia aumenta el metabolismo celular promoviendo la actividad mitocondrial y aumentando así los niveles de energía.  La papaya fermentada estimula también las defensas naturales mediante el incremento de los niveles de interferón y activando los linfocitos.

Aunque en el mercado encontrarás una gran oferta de productos, debes tener en cuenta las combinaciones de éstos y las dosis de cada sustancia.

A continuación te mostramos algunos de los productos que cuentan con nuestra confianza. Si no los encuentras en el mercado, solicítalos en nuestra consulta y te los encargaremos de forma personalizada.

Suplementos nutricionales en Lipedema:

  • Esthechoc (Cambridge Chocolate Technologies)
  • ImmunAge (Salengei)
  • Revidox ADN (Actafarma)
  • Morepa Platinum (Salengei)
  • Cúrcuma ( laboratorios Douglas)

Recuerda que en el Instituto Dra. Ana Torres, nuestro centro de cirugía plástica, reparadora y estética en Barcelona, somos especialistas en Lipedema, por lo que podemos responder a todas tus dudas sobre esta enfermedad: reserva tu cita para informarte sobre Lipedema en Barcelona, estaremos encantadas de poder ayudarte.

Esperamos que este artículo te haya resultado útil  ¡Gracias por leernos y hasta el próximo post!

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