La firmeza y elasticidad de la piel dependen de la formación de fibras de colágeno y elastina. El colágeno da firmeza y la elastina aporta eslasticidad. Ambas van disminuyendo con la edad. A partir de los 25 años el organismo disminuye progresivamente la producción de colágeno. Hasta un 1% por año después de los 40! Esta situación hace que la piel sea más débil, fina y sensible, con flacidez y arrugas. Además, tras la menopausia las mujeres sufren un bajón de hormonas sexuales (estrógenos), las cuales están también implicadas en la formación del colágeno; en esos años de cambio la pérdida de firmeza y elasticidad de la piel se hacen más evidentes.
El colágeno es la proteina mayoritaria en la estructura de nuestra dermis. Está formado por varios aminoacidos específicos (glicina, prolina y arginina principalmente) que se unen formando cadenas elásticas y extensibles. Pero además, para la formación de las cadenas se necesitan ayudantes – los llamados cofactores – entre los que destacan la Vit C, Vit E, Zinc, Selenio, Cobre y Manganeso.
Éstos son los famosos antioxidantes; su función es detener o bloquear los radicales libres resonsables del envejecimiento y que son el resultado de los procesos metabólicos causados por tóxicos (tabaco, polución…), radiación solar, enfermedades, estrés o incluso ejercicio excesivo. La producción de esta proteina, al igual que las demás, se activa durante la noche, mientras dormimos. De ahí que el sueño reparador sea necesario para tener «buena cara“.
En resumen, las causas principales de la pérdida de colágeno son: el envejecimiento, la mala alimentación, los hábitos de vida poco saludables – falta de sueño y de ejercicio -, problemas de salud como trastornos de absorción, infecciones y efectos secundarios de algunos medicamentos.
Qué podemos hacer para mejorar la síntesis de colágeno de forma saludable?
- Nutrirnos bien: aportar los minerales, vitaminas y aminoácidos fundamentales para la formación de todas las proteínas. Equilibrar la dieta con vitaminas (C y E) y minerales (Zinc, Manganeso, Selenio…) implicados en la formación de las cadenas de colágeno e ingerir mayor cantidad de proteina (leche, huevos, carne y pescado – mejor si son de origen ecológico) o gelatina animal como fuente directa de colágeno.
- Incluir suplementos nutricionales: si no hay indicación médica que lo impida, podemos ayudarnos con suplementos de colágeno hidrolizado o aminoácidos para que sirvan de elementos formadores de proteinas.
- Prevenir el envejecimiento cutáneo; frenar la destrucción de fibras de colágeno mediante protección solar y evitando el tabaco.
- Promover la formación: podemos utilizar tecnología láser, radiofrecuencia, mesoterapia con vitaminas y minerales y peelings médicos que estimulan la formación de nuevas fibras mediante producción de calor, alimentando la piel directamente desde el interior o eliminando las capas superficiales de la piel para estimular la renovación celular.
Ya no hay excusas… por dentro y por fuera! Tu piel necesita colágeno para lucir elástica y tersa.
