En cada estación encontramos FRUTAS DE TEMPORADA. Según la teoría macrobiótica, comer alimentos cultivados en las mismas zona y condiciones en que vivimos nos permite adaptarnos mejor a nuestro entorno, facilitando nuestro organismo y beneficiando nuestra salud. Tiene sentido, no?
Hay que recordar que la parte de la fruta con más vitaminas es la piel, la cual tendemos a desechar pues es la que también absorbe más pesticidas y químicos. Qué hacemos entonces? Os recomendamos comprar productos ECO-lógicos para poder aprovechar la fruta en su totalidad ya que, al no estar cultivados con plaguicidas ni otras sustancias artificiales, nos podemos comer también la piel con toda tranquilidad.
Durante el verano el melón, la sandía, las moras, las ciruelas, el melocotón y la nectarina, los higos, las cerezas y las peras están en su mejor momento!
Son refrescantes por ser ricas en agua y dulces por madurar en su tiempo, en su geografía.
Vamos a conocer los beneficios de algunas de ellas:
Melón
El MELÓN tiene muy poca fibra porque contiene más de un 90% de agua. Gracias a ello tiene cualidades diuréticas y depurativas, y por ello es recomendable no sólo en épocas calurosas en las que debemos mantenernos bien hidratados, sino que ayuda en casos de artritis y gota.
Tiene poquísimas calorías (30 por cada 100 gr) y todas sus variedades nos ofrecen sabores estupendos pero los melones más naranjas tienen más carotenos que los blancos. También son ricos en Vitamina B, C y E.
Sandía
La SANDÍA es fresca y de sabor intenso y también estupenda como diurético (dos tajadas medianas equivalen a un vaso de agua!!), pero esta fruta tiene un altísimo indice glucémico, con lo que se debe consumir con moderación para no sobrecargar el páncreas. Sobre todo los diabéticos!
Tiene gran contenido en licopeno, beta-Caroteno, y vitamina A (retinol), y del grupo B.
Moras
Las MORAS (silvestres) o ZARZAMORA son de la familia de las rosas (ya sólo por eso, apetece comer unas pocas!) son especialmente ricas en vitamina C que es necesaria para la formación de glóbulos rojos y favorece la absorción de hierro. Y también ricas en fibra, que mejora el tránsito intestinal. Contienen abundantes pigmentos naturales (antocianinas y carotenoides) de acción antioxidante y en potasio (210 mg /100gr), que es necesario para la buena transmisión del estímulo nervioso al músculo.
Ciruelas
Las CIRUELAS previenen el estreñimiento gracias a su contenido en un laxante natural (la difenilisatina) y son antioxidantes, ayudando con ello a neutralizar los radicales libres y ralentizando el envejecimiento celular. También contienen beta caroteno, potasio, hierro y fibra.
Higos
Los HIGOS son muy ricos en calcio, mineral clave para la salud de nuestros huesos. Su alto contenido en fibra es muy saciante y mantiene estable la glucemia. También contiene vitaminas del grupo B (B3, B5, B6) y Vitamina C, además de muchos otros minerales como el yodo y el hierro.
Peras
Las PERAS tienen una gran parte de fibra insoluble (incluyendo su piel), la cual contribuye a bajar los niveles de colesterol en sangre. Son ricas en Vitamina C, E y K. Y sólo aporta 53 Kcal/100gr.!
Cerezas
Las CEREZAS son muy buenas para estimular el sueño. Su alto contenido en melatonina natural puede ayudar a combatir el insomnio. Además contienen antioxidantes útiles para conservar la salud de las articulaciones y combatir la inflamación.
Melocotón, nectarinas y paraguayos
El MELOCOTÓN, las NECTARINAS y los PARAGUAYOS son ricos en xantofila, un caroteno de coloración amarilla especialmente reconocido por sus propiedades protectoras de estomago. Garantiza la buena salud visual protegiendo de la formación de cataratas y la hipersensibilidad a la luz solar. Además, el buen estado de la piel, los dientes y las encías gracias a su riqueza en selenio.
Te ofrecemos una receta sencillísima, fresquita e infalible llena de vitaminas y dulzor para los días calurosos:
Sorbete de ciruelas y cerezas
500 gr de cerezas
5 ciruelas
zumo de ½ limón
2 cucharadas de azúcar moreno
Lavar y trocear la fruta. Deshuesarla. Triturarla bien y mezclarla con el azúcar.
Congelar. Sacarla cada dos o tres horas y remover para romper los cristales de hielo. Servir con unas hojitas de menta.